lunes, 8 de febrero de 2010

Tiana y el sapo


Si no fuera porque una producción como esta debe tener un periodo de cocción de más de un año diría que ha triunfado el "Yes We Can" pues la peli rezuma obamamanía por los cuatro costados. Bueno, quizas esté exagerando, pero lo cierto es que mi satisfacción fue enorme cuando supe que la Disney volvía con una película de animación clásica, apartandose de las últimas creaciones computerizadas y a las que ya no escapa ni el mismísimo Mickey Mouse. "Change" que dijo aquél y change que ha habido. Y creo que para bien. A lo mejor este es un pequeño oasis en un desierto de animación pixelgrafiada o quizás se convierta en una arenga para que la propia Disney y quien sabe si algún otro gran estudio nos deleite con piezas de corte clásico como esta. Pero la (supuesta) influencia obamaniaca no queda ahí. Solo tenemos que fijarnos en la protagonista, a la cual definen como una bella afroamericana..., si si vale, afroamericana, vamos que la chica es negra, de padres negros pero de perfiles morfológicos blancos, como el del despacho oval, no se nos vaya a joder el invento si ponemos a una joven que se parezca a Whoopi Goldberg. Pero sobretodo la joven Tiana es todo aquéllo que Obama enfatiza que debe ser un joven, trabajador, responsable y familiar, en busca, como no, del sueño americano, en este caso de un gran restaurante donde se supone acudirá la cremme de la Nueva Orleans de los años 20.

Y si hablamos de Nueva Orleans no podemos olvidarnos del jazz, presente en calles, primo hermano de nuestro flamenco, sobretodo cuando se observa en su estado puro, en cualquier esquina, entre cuatro cajas. Y el jazz actúa como dinámico hilo conductor de un film infantil que a los no tan infantiles nos deja un buen sabor de boca. Si el jazz acompaña agradablemente el desarrollo de la acción ha de decirse que, desde mi punto de vista, los números musicales no pasarán a la historia como el Hakuna Matata... en ese aspecto la cosa está muy justita, aprobado raspado diría yo.

El corte clásico de la película se pierde cuando tenemos que describir al principe protagonista, pues para definirlo se utilizan en la peli frases como "tirado a la bartola" o "a quien sus papis los reyes le han cerrado el grifo". Contundente descripción pero muy impropia para principios del siglo XX ¿no?

El villano estéticamente muy atractivo y más juguetón y especulador que malo malísimo, todo sea dicho. Imagino que a algunos el doblaje con voz de Javier Gurruchaga no les hará gracia, a mi me parece que le viene que ni pintado, aunque sigo prefiriendo voces anónimas. Hay un trio de personajes que a mí personalmente me encantaron y que son los catetos que intentan cazar a las ranas (no hace falta que os cuente que en esta fábula el beso de la dama al sapo tiene efectos opuestos a los tradicionales). El gag de estos tres elementos está genial.

En definitiva una película agradable y mucho mejor que muchas de las últimas películas digitales estrenadas en nuestros cines.

Esta vez fui acompañado de la princesa de mi casa y del principe de turno, en este caso de mi querido ahijado... eso sí tuvimos que aguantar al sapo zumbón que también nos acompañó... cuando quieras repetimos compadre!

Trailer: http://www.youtube.com/watch?v=Yzwq2rdIA7A