sábado, 1 de mayo de 2021

NOMADLAND


Tenia ganas de ver esta peli. Me gusta ver a Frances McDormand, de esas actrices que no suelen decepcionar, y después de escuchar que lo bordaba aquí, pues más. Si encima a la cinta le dan tres de los cuatro oscars más importantes pues la cita era obligada. El cine vacío, curiosa y lamentablemente. Full covid free.

No sabría bien como definir el argumento de la película: nos hallamos en 2011, aproximadamente, periodo post recesión mundial. Fern, la protagonista, lo ha perdido todo, o casi todo, le queda su furgoneta y su afán por no rendirse ante la vida. Y empieza a rodar, y se convierte en una nómada.

Es curioso el titulo de la cinta, por lo contradictorio. Yo lo traduzco como "Tierra de nómadas" y sin embargo se entiende como una forma de vida y no un espacio físico, que para un nómada es realmente ilimitado. Y en esto pienso que hay dos tipos de nómadas: por elección o por supervivencia. Y aquí, narrado en ocasiones como si estuviéramos ante un documental, vemos ambos tipos. Y Fern es de los segundos. Y nos metemos en su piel, en sus zapatos, en su frío camastro del fondo de una furgoneta aparcada detrás de una gasolinera, rezando para que no la echen de allí y que no tenga la mala pata de que en algún traslado se estropee alguna pieza del motor y tenga que invertir sus ínfimos ahorros conseguidos como currante de Amazon o de cualquier trabajo precario que se le presente, o peor aún, para no tener que recurrir a pedir ayuda a familiares, porque una es nómada pero muy digna. Y en ese nomadismo, en ese vivir la vida de manera itinerante, ésta se escapa como el agua entre los dedos, y negándose a ser feliz, negando la oportunidad de volver a amar o ser amada, sonríe cuando saca alguna foto vieja, que le lleva a tiempos mejores, en los que la vida merecía la pena vivirla.

Recordaba viendo la peli de la decisión de Christopher McCandless, magníficamente contada por Sean Penn en "Into the wild", de recorrer el pais, de ser un nómada, pero con un objetivo claro: llegar a los bosques de Alaska y ser autosuficiente, disfrutando de su comunión con la naturaleza. Y qué distinto era ese nómada de Fern. Hay una escena que lo ejemplifica muy bien: Fern y algunas otras nómadas con las que va confluyendo por el camino van a una feria de autocaravanas. Y allí hay unos modelos brutales, casas de lujo rodantes, que ni en los más optimistas de sus sueños se podrían ni siquiera permitir alquilar. Y se les iluminan las caras viéndolos, probándolos, porque siendo nómadas por necesidad, pero nómadas al fin y al cabo, saben que así sí, así podrían ser felices. Al nómada por elección esas autocaravanas le traen al pairo. 

El capitalismo y sus consecuencias, contado de esta forma cruda y realista, acompañando algunas escenas de una preciosa melodía de piano que hace curiosamente que las duras situaciones que se nos presentan las sintamos de manera tierna, casi melancólica.

Me alegra que la Academia de Hollywood (y me dan igual las razones) de vez en cuando decida poner en la picota películas como esta, de la que lo único que me ha faltado ha sido verla en versión original y disfrutarla de ese modo en su integridad. Todo llegará.


Trailer: