sábado, 2 de noviembre de 2019

MIEDO. ALBERT PLA.

Anoche, Dia de Difuntos, acudí al Teatro Falla a ver la última creación de este sui generis y genial artista. No decepcionó.

No sabría definir bien "Miedo", pero diría que se trata de una obra que te lleva a la reflexión, más que un espectáculo puro y duro. Y conste que la puesta en escena es magnífica, con un trabajo previo de edición y montaje de videos superpuestos con la escena que son la base del "show". Y es que siendo un show no lo es. Como digo, Plá, ese aparente niño grande, nos lleva a adentrarnos en los miedos personales, colectivos e individuales, sobretodo estos últimos. Nos cuenta, con su tímido torrente de voz, cómo a él le daba miedo todo de pequeño... pasamos de una habitación oscura donde ese niño se encontraba cómodo con una muñeca (la amante de su padre) a la que quería matar, a un parque donde la hierba es verde, hay un columpio y los pajarillos cantan, lo que a nuestro protagonista le aterra. Miedo al Ratoncito Perez, "una rata que se sube por mi cama para arrancarme los dientes". Curiosa esa concepción del miedo la que tenemos cada uno.

Miedos individuales y miedos colectivos, como digo; miedos, por un lado y sustos, por el otro; miedos escénicos, miedos terrenales y miedos mentales, los más aterradores, sin duda. Y todo esto mezclando oníricas imágenes, voces en off de niñas susurrando y algunas piezas musicales, guitarra eléctrica incluida, que eran una especie de nanas melódicamente deliciosas.

Y en un momento dado se hace la oscuridad y Plá comienza a hacer un conato de terapia de grupo: "¿que es lo que a cada uno de vosotros os da más miedo en este mundo?"... y se hace el silencio... y la terapia, que no lo es tal, se acaba tan pronto como empezó, pero te deja tocado, pensando en tus miedos y sin que nadie te de una solución, pues cada uno es tan dueño de sus miedos como de su voluntad de liberarse de los mismos.

La obra fue corta, una hora y cuarto o poco más. El final fue muy bonito, con un Albert Pla que se despide de todo el auditorio, vestido ya de calle, sonando una pieza en la que dice algo así como "me voy, ahi os quedais, yo ya estoy muerto, ya me voy" (ahi os quedais, cada uno con sus miedos, añadiria yo), y bajando el artista al patio de butacas, despidiéndose del personal con una amplia sonrisa, saliendo el primero del teatro, bajo una atronadora y merecida ovación.

Plá nunca deja indiferente, sin duda, y esta vez dejó a su público con una sonrisa y con la sensación que decía al principio, de la necesidad de reflexionar cada uno sobre el miedo, sobre sus miedos.





No hay comentarios: